La comunidad internacional a finales del siglo XX, propuso el desarrollo sostenible significativamente vinculando al crecimiento socioeconómico de las naciones, al tiempo que con la complejidad de efectos que estos generarían en su entorno. La deliberación se originó ante la marcada tendencia a nivel mundial de un progreso productivo caracterizado principalmente por una explotación indiscriminada de recursos naturales, la afectación irreversible del medio ambiente, el incremento de la pobreza, producto del desequilibrio en la productividad tecnológica e industrial.
Ello ha conllevado perspectivas de cambio dirigidas a propuestas como la Logística verde, la cual apunta principalmente a fomentar planes de acción eficientes y eficaces para la prevención de daños ecológicos dentro del ciclo productivo en sus diversas fases del proceso, mediante el monitoreo continuo de la red logística, desde una de sus dimensiones claves, como lo es la huella ambiental, en el aprovechamiento de la energías alternativas y su Análisis de Ciclo de Vida, bajo criterios de la responsabilidad social alineadas con los objetivos para el Desarrollo sostenible de la Agenda 2030. Ello se fundamenta en diversos postulados teóricos (Herrero, 2006); (Sachs, 2015); (Gómez Gutiérrez, 2016); Vivas, 2016; (Domingo, 2012), entre otros, quienes apuntan a las concepciones relativas a la sostenibilidad, aprovechamiento de los recursos, crecimiento sustentable e integración global. Metodológicamente se ha formulado como una investigación de tipo documental a través del ensayo analítico, donde se delibera en cuanto a los compendios que propugnan las variables en estudio, enfocados a una visión holista de las mismas.
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